sábado, 18 de dezembro de 2010

Declaraciones de inmigrantes revelan discriminación durante la búsqueda de una vida digna

Declaraciones de inmigrantes revelan discriminación durante la búsqueda de una vida digna


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Natasha Pitts *

Adital -
La mesa de debates "El protagonismo de los y de las migrantes en los procesos de construcción de políticas migratorias, reivindicaciones y bandera de lucha, realidad social y desafíos" cumplió este miércoles (15) una de las principales funciones de la Cumbre Social del Mercosur: dar voz y la posibilidad de participar a los actores sociales.
Por medio de la presentación de la realidad de los migrantes en los países en que eligieron para vivir, hombres y mujeres hablaron sobre sus batallas diarias y las situaciones por las que pasan únicamente por ser migrantes.

Las variadas realidades mostradas por Claudio Schuh (inmigrante brasilero en Paraguay), Porfirio Leonor Ramírez (inmigrante paraguayo en Brasil) y Jobana Moya (inmigrante boliviana en Brasil) comprobaron que en cada lugar, en cada país, el preconcepto se repite diariamente en la búsqueda de empleo, de educación y de salud.


Schuh relató una realidad desconocida por muchos. Productor rural residente en Paraguay desde hace más de 20 años, el brasilero asegura que la xenofobia también alcanza a algunos propietarios de tierras locales, que son rechazados y tratados como latifundistas. La batalla por documentos también es una realidad. Inclusive pagando las tasas necesarias, muchos inmigrantes son obligados a volver a Brasil porque no consiguen recibir la documentación necesaria para permanecer en el país.

"La situación de los migrantes mejoró con el gobierno del presidente Fernando Lugo, pero todavía es difícil. Intentamos resolverlo con el gobierno brasilero, pero a ellos tampoco les interesa. Nadie quiere responsabilizarse", se lamenta.

La lucha por trabajo digno es uno de los más graves problemas que enfrentan los inmigrantes. En el caso de los bolivianos residentes en Brasil, buena parte encuentra trabajo sólo en las confecciones, donde son obligados, muchas veces, a trabajar por más de 20 horas al día, ganando sólo un plato de comida o de 0,30 a 1,50 por pieza. De acuerdo con la organización Tortura Nunca Más (SP), los fiscales del Ministerio de Trabajo estiman que existen hoy, solamente en el Gran San Pablo, de ocho a 10 mil talleres que emplean a cerca de 80 a 100 mil sudamericanos.

En la búsqueda de educación y capacitación los inmigrantes encuentran otras barreras motivadas por la discriminación. Una noticia divulgada ampliamente en septiembre de este año, reveló lo que pasan los estudiantes extranjeros de escuelas públicas en San Pablo. En general, la persecución es contra los bolivianos. En escuelas como la estadual Padre Anchieta, en el Brás, los inmigrantes deben pagar para no quedarse afuera de la escuela. Dinero o merienda, no importa, es preciso dar una garantía para no ser atacados.

"Existe discriminación en las escuelas, en los puestos de salud, en la búsqueda de trabajo. Es una discriminación sutil. Hay casi un consenso de que los inmigrantes quieren todo regalado, sin esforzarse, sin trabajar y que quieren además ocupar el espacio de la población local", relata Jobana, boliviana residente en San Pablo.

No sólo de parte de los disertantes, sino también del público que asistía a las declaraciones surgió un persistente pedido de que la lucha de los migrantes sea llevada adelante para que la realidad se transforme, para que se salga del campo de las propuestas y de los debates, para que los migrantes propongan la agenda de demandas y sean los protagonistas de las transformaciones necesarias y urgentes.

Como estrategia para solucionar la xenofobia, Carlos Valderrama, de la Asociación Cultural y Casa de los Inmigrantes "Cesar Vallejos" (ACCICEV) convoca a las naciones del Cono Sur a unirse. "Si no hay integración en la lucha, no habrá un enfrentamiento concreto de los problemas que cercan a los migrantes", afirma.

Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com


* Periodista de Adital

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